La Unión Europea ha asegurado este jueves que estaba cumpliendo con un acuerdo alcanzado con el presidente estadounidense, Donald Trump, para comprar más gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos, pero pidió a Washington hacer más para que sus precios sean competitivos.

En su encuentro del mes pasado para solicitar a Trump la eliminación de los nuevos aranceles previstos, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, acordó trabajar para aumentar las importaciones de soja y GNL de Estados Unidos al bloque.

La UE lleva tiempo tratando de diversificarse y no depender de Rusia para casi el 40% de sus necesidades de gas, desarrollando infraestructura para GNL para acceder a otros proveedores como Estados Unidos.

Sin embargo, el hecho de que las importaciones estadounidenses de GNL puedan ganar cuota de mercado a costa de Rusia dependerá del mercado, según subrayan las autoridades de la UE.

A un precio competitivo

«El aumento de las exportaciones de gas natural licuado estadounidense, si son a un precio competitivo, podrían desempeñar un papel creciente y estratégico en el abastecimiento de gas en la UE», dijo Juncker en un comunicado.

«Pero los Estados Unidos deben cumplir su cometido eliminando las restricciones burocráticas sobre dichas exportaciones», dijo, refiriéndose a la normativa estadounidense que exige aprobación regulatoria para las exportaciones de GNL a Europa.

Desde la llegada de los primeros suministros de GNL estadounidense en 2016, las importaciones acumuladas en la UE de gas natural licuado de EEUU han alcanzado los 2.800 millones de metros cúbicos, dijo la UE el jueves.

En 2017, Europa representaba más del 10% de las exportaciones totales estadounidenses de ese gas, frente al 5% en 2016. España, Francia e Italia son los principales importadores de entre los nueve Estados miembros de la UE que compran gas estadounidense.

La decisión de la UE de publicar datos comerciales históricos no es habitual, y forma parte del intento del bloque de influir en Trump demostrando que los flujos comerciales libres de aranceles pueden beneficiar a Estados Unidos.

Fuente: El Economista